Recuerdo que el año pasado descansé debajo de una encina durante el mes de agosto. En medio del campo, todo en silencio excepto una chicharra que con su ruido acompasaba el palpito de mi corazón. Este año he estado cerca de esa encina aunque no he encontrado la ocasión de sentarme debajo sin hacer nada. Este año he estado cerca de este árbol pero en familia. Una experiencia completamente diferente pero gratificante a la par. Viajar en el túnel del tiempo y realizar una comida en familia. Ver a mi primo y verme veinte años atrás jugando con él en el mismo lugar. Salir de este pensamiento y darse cuenta como otra generación viene por detrás y sigue el ciclo. Darse cuenta como uno ve peligros por todas partes: hagamos una valla aquí, no sea que los niños jugando caigan por el margen. El tiempo te roba la inocencia y te pone unas gafas de peligros y miedos. Y así pasa el tiempo, los más pequeños empujan a los más medianos, y los más medianos empujan a los más grandes. Y los más grandes acompañan y despiden a los bisabuelos, casi centenarios. Y así es la vida. Ley de vida, que dicen.

El cambio del clima

Soy consciente que tengo poca memoria para recordar el clima de años pasados, incluso diría de semanas pasadas. Pero lo que ocurre ahora con el clima es un tanto raro. Recuerdo que en Sabadell o Barcelona no se podía vivir de calor durante el agosto. Esto ha pasado a la historia. Este agosto está siendo ideal para no pasar calor pero fatal para ir a la playa. Más de un día lloviendo. Más de otro día con viento fresco. Otros días con tiempo inestable, ahora sol, ahora nubes. Buf, llevo este agosto como un cazador, a la espera de una día de gloria para ir a la playa y todavía no lo he pillado. Fui un día por la tarde, cuando el sol empezaba a caer y no hacía calor de nada, además con un vientecito moleston para mi gusto. La última semana parece que se ha decidido por hacer tiempo de los veranos de antaño.

Ahora que Andorra sale en los medios por el caso Pujol, pues casualidades de la vida que yo ya tenía una reserva antes del caso Pujol para pasar unos días allí. He estado unos días por Andorra y me contaba el dueño de un restaurante de la Massana que por allí no ha hecho verano de nada. Y que esto le ha percudicado en el bolsillo. Me decía que si no hace mucho calor la gente no sube a la Massana y no van a su restaurante.

Luego vendrá el otoño que será más verano que otoño. No te extrañe que tengamos días de octubre en los que iremos en manga corta y en el que hasta habrá valientes que se vayan a bañar al mar.

Pero bueno, esto no son más que memeces. Lo malo es cuando arrecian los tsunamis. Vamos fundiendo el hielo de los polos y luego se desborda el mar y arrasa ciudades con miles de muertes.

El timo de las tarifas de teléfono en el extranjero

Cada vez que pienso en el fenómeno «whatsapp» me alegro que la tecnología haya puesto en las manos de la gente la capacidad de comunicarse a un coste prácticamente despreciable. Seguro que durante el verano has mandado más de una foto y mensaje a tu gente querida a través de whatsapp (o aplicaciones similares). Y si te dejas ir puedes hacer un vídeo de tus hijos y mandarlo a tus padres. Espacio y tiempo se acortan con whatsapp. ¿Y cuanto cuesta? pues el precio de tu tarifa plana. Da igual si le mandas una foto a un colega que está en Estados Unidos o otra persona que esta en tu ciudad. Qué gran hallazgo. Y en contraste con esto todavía me sorprende de ver lo mal montado que está la movilidad de llamadas entre países. Este verano que he estado en Andorra lo he podido comprobar. Un país que está al lado mismo de Cataluña, España, ¿Y como es posible que no se pueda llamar y navegar a internet con tu misma tarifa plana? Estas operadoras son especialistas en hacerse la «puñeta» entre ellas a costa de putear a la mayoría de la gente. Seguramente las operadoras piensan que gracias a su infraestructura todos podemos whatsapear, y cierto es, pero son muy cortos de miras. Han tenido que venir unos chavales e inventar whatsapp para enterrar los SMS de antaño. ¿A qué esperan para reaccionar? ¿Tan difícil es ponerse de acuerdo para que la tarifa plana que pagas en tu país también te sirva para llamar y navegar en otros países? Son tan cortos de miras que quieren aprovecharse de tarifas abusivas a los viajantes y no ven el pedazo de tarta que tendrían si abrieran fronteras. Estas son realmente las fontreras de hoy día. Salir de tu país y cortarte el cordón umbilical con tu movil por culpa de no tener un tarifa económica. De nuevo, suerte de las wifis, que ponen gasolina en la comunicación. Y suerte del whatsapp. Enchufas tu móvil con la wifi de donde sea y allí vuelves a estar conectado con el mundo, con tu gente.

Cuando una pandilla de chavales intrépidos revolucionen las comunicaciones con otro invento que se acuerden de esto los dirigentes de las operadoras. Quien no abre fronteras se verán sobrepasados por nuevos inventos.

La fuerza de la generosidad

Tengo unos primitos que me fascinan por su capacidad de compartir. Cuando se juntan con mis hijos les falta tiempo para dejar sus juguetes o lo que sea. Cómo los admiro. Me fascina la capacidad de desapego que tienen de las cosas. Yo por mucho que lo intento no consigo inculcarles esta filosofía a mis hijos. Y digo que será porque a mi también me cuesta. Y a los niños se les enseña con el ejemplo, no con los sermones. Habrá que esforzarse más por compartir. Este verano ya he empezado yo mismo con este ejercicio de compartir. Seguiremos esforzándonos.

Es curioso pero solo basta estar una tarde en un parque infantil y rápido vas a oír de la boca de algún padre o madre que le sermonea a su hijo o hija: «si, hijo, déjale el juguete a este nene, que hay que compartir». Cuan livianamente lo decimos y cuanto nos cuesta a muchos adultos de hacerlo.

Ese nuevo curso 2014-2015

Y ya estamos entrando en la recta final de este verano, de estas vacaciones, cada uno a su manera, cada uno más o menos desconectado de su trabajo. Y uno se pregunta cómo será este nuevo curso. Si será verdad que los jodidos brotes verdes anunciados ya desde Zapatero, y abanderados ahora por el gobierno de turno empiezan a dar frutos. Yo lo que veo es que la gente empieza a pasar del gobierno y de toda esa pandilla de mangantes que hay por allí. Mires donde mires. Hay un fuego a discreción por derrumbar mitos. Me viene a la cabeza unos trajes inofensivos de un tal Camps, que después de salir en la tele resulta que sale coleando por la puerta de atrás. Luego que si un tal Bárcenas empieza a desenterrar millones de bancos en Suiza. Y por el camino empieza a enseñar unas cuentas que evidencian pagos en dinero negro de hasta el mismo presidente del gobierno. Tierra por encima y por debajo y nunca más se supo. Luego un Undargarin que iba como perro por su casa haciendo negocios aprovechándose del heraldo público. Y para evidenciar que esto es un mal extendido por doquier, ajeno a nacionalismos, salta el caso Pujol. Un míssil en la línia de flotación del catalanismo. Un personaje público tan respetable que caiga por este mal ejemplo de sus acciones. Y esto supongo que ha hecho pensar a más de uno, yo incluido. Pienso que la «peble» no nos libramos de pagar impuestos. Si te da por emprender no te libras de la cuota de autónomo. Luego de cada factura tienes que arrancarte un tanto de tu esfuerzo en concepto de impuesto de IRPF. Y si tienes nómina lo mismo, ves un número que luego difiere bastante de los que ves en tu cuenta a final de mes. Y así, cogiendo un poco de éste y un poquito de este otro, y un poquito de millones de ciudadanos se consigue un buen fajo de dinero para gestionar al país (y meterse unos pocos en el bolsillo). Ahora, los que manejan dinero a punta pala se preocupan de meterlos en paraisos fiscales para no tener que pagar impuestos. Luego está el saco de la avaricia, que todavía no lo ha llenado nunca nadie. Esos dirigentes que ya se ganan bien la vida, que ya les pagan un buen sueldo con el dinero del heraldo publico pero no se plantan allí y empiezan en la rueda de la corrupción. Nos gustaría una limpieza rápida de mangantes y dirigentes poco ejemplares pero nos tendremos que conformar con la muerte natural de este ecosistema. Poco a poco van cayendo y siendo retirados del circuito. Y esperemos que una nueva generación de gente humilde y honrada tome las riendas de este país. Sí, ya sé… no me llames iluso por tener una ilusión.

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El placer de descansar debajo de una encina: artículo en el que explicaba el placer de descansar debajo de una encina sin nada más que hacer que descansar.

Los jodidos brotes verdes de la economía en mayo 2014: éste es el último artículo en el que ponía mi barómetro personal sobre la evolución de la economía.