Hoy en día somos muchos los padres y madres que estamos luchando con espadas de madera contra un gran monstruo: Fortnite. Un videojuego con una experiencia que supera la realidad, en la que los jóvenes pueden ser héroes, pilotar helicópteros, llevar las metralletas más sofisticadas. Y todo sin hacerse daño, sin que tengan que hacer un esfuerzo para subir a ese helicóptero, sin darse un golpe al saltar de él.

Los padres asistimos atónitos al ritual, ver como nuestros hijos ansían el momento de jugar a este juego, y pierden el mundo de visto. Cuando acaban, al cabo de horas de jugar, depende de los padres, salen como soldados que vienen de una guerra, la guerra digital. Tienen sus ojos rojos, están aturdidos como si una granada les hubieses explotado, tienen unos momentos de desubicación. Lo que han vivido con el juego es tan excitante, tan emocionante, tan adictivo, que al salir de ese contexto tienen un bajón.

Es una concesión de los padres, que frustrados, preocupados, indefensos acceden a dejar jugar. Pensamos que sólo seran unas horas y luego recuperamos a nuestros hijos. Tengo la sensación que no es así.

Los efectos colaterales

Después de una experiencia de juego al Fortnite la vida parece descafeinada, sin aliciente.

Coger un buen libro, una buena novela, meterte dentro de un mundo nuevo narrado en la novela lo sabemos aquellos que por suerte lo pudimos hacer y sabemos la experiencia. Pero para llegar a ese nivel tienes que subir peldaños en tu formación, tienes que empezar por libros más fáciles en términos de escritura, para poder llegar a esas novelas geniales, a esas biogafias de personajes que te gustan, etc. ¿Problema? Eso requiere un esfuerzo que no agrada hacer. Hay que estar sosegado para sentarse y coger un libro, hay que tener la mente tranquila para empezar a deborar párrafos. Claro, si vienes de una batalla del Fortnite, donde todo sucede rápidamente, donde la adrenalina va que vuela, luego dile a tu hijo que se siente un rato y disfrute de la lectura. No hay manera. Fuera de juego.

El problema de estos juegos

Para mi el problema de Fortnite y este tipo de juegos es que anula la capacidad de acción de los niños, para ser creativos, para hacer cosas con sus manos, para utilizar su cerebro e idear cosas, para jugar con esos juegos que les trajeron los reyes. Antes el lego, los Playmobil, etc. eran las delicias de los niños. ¿Ahora? ha pasado a la historia, no juegan con ello, lo ven como un vestigio del pasado. ¿Quién quiere jugar con un lego pequeño y esquifido cuando puedes ir en un helicóptero con una metralleta?

Perdidos

Esto genera, desde mi punto de vista, una sensación para los niños de perdidos. Fuera del juego no saben qué hacer, dónde ir, por dónde empezar.

El juego los ha anulado, temporalmente.

Si esto se repite día a día, las consecuencias pueden ser devastadoras para el desarrollo del niño.

Las consecuencias de los Youtubers

Teníamos regulación en la televisión, esto no lo puede ver un niño, pues no se emite en franja. Con Youtube se ha ido todo al traste. Eso es la jungla, es el oeste de antaño, se emite y se influencia a los niños como quieren.

¿Cómo? Salen personas que dominan un juego, y muestran videos de cómo juegan partidas. Obviamente para dominar el juego se han pasado muchas horas y horas encerrados jugando. Pero el efecto es que se presentan como héroes, como chavales que molan, que lo petan, alguién a quien copiar. De modo que miles de niños y niñas quieren ser como ellos, ser youtubers de «éxito», jugar miles de horas y mostrar a los otros lo bien que lo hacen. Y recibir dinero a raudales, ganar dinero por las visualizaciones de sus videos gracias a la publicidad, ganar dinero por patrocinar juegos y otros, etc.

El niño está viendo Youtube decimos… no, es más que esto. A nuestra generación nos la han dado con queso, nos han metido un gol sin que nos hayamos enterado.

Estos videos en los que un Youtuber  muestra como juega tienen un punto de hipnóticos: los niños caen atrapados en él, quedan embobados mirando. Y el youtuber muchas veces oigo como no para de lanzar promociones, «venga chavales, poned este codio en la tienda y …».

Los actores de la industria de Youtube y los Videojuegos

Todo esto viene derivado de una industria, no nos engañemos. Quines son los actores:

  • Youtube como plataforma, que es propiedad de Google, de Alphabet, la empresa madre, el gigante que controla tantas otras aplicaciones. ¿Qué quieren? el liderazgo de la plataforma de video. ¿Para qué? para sobrevivir como grupo empresarial. ¿Cómo? Ganar dinero, hacer que la plataforma vaya a más, más horas de producción de video, más visualizaciones de video, más personas mirando videos, más anunciantes poniendo publicidad en los videos. No quieren sólo el dinero, quieren sobrevivir empresarialmente. No quieren desaparecer, y eso les lleva a pensar que el único camino es este. ¿Cómo se hace posible esto? aquí entran en acción los siguientes actores.
  • Los Youtubers: un ejército de personas que se encargan de producir videos, muchos a diario, mostrando sus partidas de Fortnite y otros juegos en Youtube. Desde mi punto de vista lo que tienen estos videos es que son entretenidos, hipnóticos, hacen compañía para no sentirse sólo. ¿Son instructivos en términos de saber jugar mejor? No necesariamente. Yo a veces le pregunto a mi hijo cuando mira un video de estos qué truco ha aprendido para jugar mejor, y la respuesta es que ninguno. Habrá de todo, claro, pero creo que por lo que calan estos videos no es por ser instructivos, sino entretenidos. Y luego esta la parte «engañosa» de este sistema: muchos Youtubers reciben dinero para crear videos de Fortnite, de Fall Guys, del juego que interesa poner de moda. ¿Por qué? Porque estas personas tienen audiencias enormes, algunos de ellos/ellas tienen millones de seguidores. Y lo mejor: tienen influencia, muchos de esos seguidores son muy influenciables por estos Youtubers que admiran.

Hemos caido en la trampa. El modelo de negocio de estas empresas ha caido encima de las personas que más queremos: nuestros hijos y adolescentes. Ellos les pagan para producir videos, para promocionar videojuegos, ellos permiten que ganen dinero, que cale la idea que son unos héroes. Y los niños consumen lo que producen, horas y horas, libres de controles, influenciando, metiendo publicidad a mansalva, sin restricciones. Para que Youtube siga en auge necesita a los creadores de contenidos. Y éstos necesitan augmentar cada vez más a su parroquia, a sus seguidores.

  • Los seguidores: la tercera pieza clave en esta partida. Millones de personas, menores de edad, muchos niños y niñas, atrapados es este pernicioso juego. Atrapados viendo videos, uno tras otro, de manera entretenida e hipnótica. No hay que hacer un esfuerzo como para leer una novela, no, sólo hay que dejarse, vivir el video. ¿Y cuando acaba? Otro. ¿Cuál? la plataforma Youtube ya se encarga de seleccionar otro igual o mejor, no va a decepcionar a esta persona. Está diseñado para que la persona se enganche. ¿Por qué? la plataforma tiene que ir a más, por este absurdo «dogma» sin sentido. Más personas, más visualizaciones, más enganche, más publi, más dinero, más poder. Yo digo: ¿Cuánto más dinero? ¿Y para qué? ¿Esto se ha ido de las manos? Youtube fue comprado por Google. Los fundadores de Google, Larry Page y Sergei Brin, en parte son dueños de todo esto. ¿Para qué quieren más dinero? ¿Hasta cuanto? ¿Cuando será suficiente?

Youtube kids

Un contra-argumento a todo esto que explico es que la culpa es de los padres, que no obligan a sus hijos a usar «Youtube Kids», en lugar del «Youtube» normal. Se supone que Youtube kids está muy protegido, no meten publidad, etc.

Falso. Desde mi punto de vista esto no es un argumento, es como querer poner vallas al campo. Ellos quieren ver los videos de sus ídolos, esos Youtubers, y esos videos no están en Youtube Kids.

El problema es de modelo, más profundo. Es como está montado todo.

El problema desde mi punto de vista es que la influencia que ejercen los videos de Youtubers es muy sutil, lenta y cala lentamente. Por ejemplo, acabo de poner un video que tiene 3 Millones de visualizaciones sobre Fortnite, y el Youtuber no lleva ni 2 minutos en el video y ya ha soltado un «Esta en el juego, y también está aquí este hijo de puta«.

El imperio Youtube/Google pretende que nosotros como padres obliguemos a nuestros hijos a ver videos de «teletubis» en el Youtube Kids. ¿Alguién se cree esto? Ellos quieren ver a sus ídolos y van a ir a Youtube. Si realmente Larry Page quieres proteger a los niños por qué no pone él una valla en Youtube, para que los chavales no puedan entrar sin permiso de los mayores? ¿Por qué? Porque no interesa, porque volvemos a lo de antes, Youtube tiene que sobrevivir a sus competidores y para esto el mantra, más videos, más suscriptores, más publi, más dinero…

Como decía, no te das cuentas, y los efectos nocivos de ver este tipo de videos va calando lentamente, día a día, sin que los padres nos demos cuenta. Un día de pronto descubres que tus hijos empiezan a decir muchas palabrotas. Y esto es un mero ejemplo.

Manual de supervivencia para los padres ante Fornite y otras amenazas

Llegados a este punto queda preguntarse qué podemos hacer los padres para ayudar a nuestros hijos, ¿Verdad?

Vaya por delante que no tengo la solución, quien escribe este artículo es un padre frustrado, a veces desesperado, a veces rabioso con quien un día fue mi ídolo Larry Page y Sergei Brin, por ver como se ha ido de las manos y parece que no hay freno.

Bueno, dicho esto, voy a dar algunas ideas que, si bien no solucionaran el problema de fondo, pueden mitigarlo.

1. Amor, quererlos: seguir amando a nuestros hijos, seguramente siempre de manera incondicional, pero activamente, mostrándoles amor, cariño, caricias, tiempo, escucha.

2. Dedicarles nuestro tiempo: pasar tiempo con ellos, jugar con ellos, jugar a cartas, pintar con ellos, salir de casa, ir a la calle, ir en bicicleta, jugar a futbol. Volver a hacer con ellos aquello que les gustava antes que quedaran atrapados por este juego macabra que es Fortnite. Cada minuto que pasan contigo es un minuto de ganarle la batalla a Fornite, de ganarle la batalla a este sistema.

3. Dar ejemplo: predicar con el ejemplo, que te vean con un libro en papel en las manos, disfrutando de la lectura. Que te vean dibujando, pintando. Que te vean haciendo deporte. Que te vean disfrutar cerrando los ojos y deleitarte con un rayo de sol. Que te vean regando una flor, ver el milagro de la naturaleza que puede crear belleza de la nada. Que te vean llenando páginas escribiendo. Que te vean también jugando al Fornite si hace falta, pero poniendo límites. Enséñales que hay otra manera de vivir. Enseñémosles que antes de todo esto nosotros también vivimos y nos entreteníamos, y lo pasábamos bien.

Estos tres aspectos creo que son fundamentales. Ahora otra lista de ideas más operativas:

  1. Limitar el número de horas que dedican a jugar y ver videos de juegos: puedes coger un postit y lapiz, se lo das a tu hijo y le dices al principio del día, escribe cuanto tiempo quieres jugar. Pondrás 3 horas, 4 horas, a él le parecerá mucho tiempo, pero luego se comen el tiempo en un peliquete, estos juegos son tan absorbentes que el tiempo pasa volando. Son 3 horas que hemos perdido en esta mini-batalla a Fortnite, pero al menos hemos limitado los daños a 3 horas, no más.
  2. Cronometrar el tiempo: no basta que tu hijo se auto-cronometre. Coge tu un crono, los Casio son maravillosos, y mide tu el tiempo. Cuando llegue el tiempo, pon fin.
  3. Lavarse la cara, peinarse: ya decía que salir de una partida de esas a veces es como real, salen con los ojos rojos, con el cerebro revolucionado de tantos estímulos. Ves al lavabo, pon la cara bajo el agua,  frota, haz un reset, sal del lavabo como si volvieras a empezar el día.
  4. Hacer algo de provecho: por cada hora de Fortnite que invierta una hora en otra cosa de provecho: leer, dibujar, tocar un instrumento, bailar, lo que sea. Como padres nos quedará el consuelo que al menos será tan bueno al Fortnite como hacer otra cosa de provecho.

Yo también jugué, pero…

Cuando yo tenía la edad de mi hijo también jugué a los videojuegos de aquella epoca. Yo recuerdo que dediqué muchas horas a jugar a un juego que se llamaba «Green Beret». La diferencia: eso era inofensivo. Era tu juego, tu reto para pasar de pantalla, por dar la vuelta al juego, y demostrarte que podías ganar hasta el último nivel.

Hoy en día los juegos no son así. Tiene una carga detrás, sutil, que es mucho más peligroso que antes. Quizás en otro artículo escribo de esto.

Sólo diré que estos juegos están diseñados para enganchar. No hace mucho me leí un libro que se llama «Hooked», de Nir Eyal, que explica los fundamentos de diseño para conseguir aplicaciones que la gente quede atrapada («hooked», en inglés). Esto es lo que se ha hecho con estos juegos. Y esta es la batalla que tenemos que luchar los padres comprometidos para un futuro de nuestros hijos. De hecho es una batalla que tenemos que luchar por nosotros mismos también, porque también entramos en el juego, con otras aplicaciones que usamos que también se han diseñado para atraparnos.

Bueno, yo ya me he quedado más tranquilo despues de sacar todo esto de mi cabeza. Si leer esto te ha podido ayudar me alegraré mucho (si me lo haces saber). Despertar de esta letanía ya es un gran paso.

Un abrazo querido lector,

Marcel