Si quieres leer un artículo placentero mejor sáltate este que tienes delante. Siempre intento ponderar lo que digo, ver el ángulo positivo, ser constructivo, pero esta vez… esta vez me dan ganas de abrir la caja de pandora y empezar a sacar trapos sucios de nuestro tiempo, los que en mi opinión están muy mal.

Tema de la educación de nuestros niños en el colegio

Está el panorama bastante mal. En mi opinión, la organización del colegio público tiene muchos fallos endémicos, desde directores que no hacen lo que deberían para el bien de la educación de las personas de su centro, hasta profesores desmotívanos, algunos por sus razones tendrán, otros porque el sistema ha conseguido desmotivarlos y quemarlos. El nivel de conocimientos ha bajado objetivamente, y esto estaría bien si luego estuviéramos siempre de vacaciones, pero el día de mañana estas personas tendrán que trabajar de algo y allí les hará falta todos estos fundamentos que ahora no se están dando. También en los colegios hay un montón de niños con problemas graves, y pocos recursos para atenderlos, de manera que es muy difícil llevar una clase y un nivel “alegro” cuando tienes problemas diarios que torpedean la clase. No es culpa de nadie, todo el mundo hace lo que puede, pero la situación es la que es.

La educación en casa

El panorama también está muy regular. Hemos querido ser tan buenos padres que nos hemos pasado de frenada. En mi opinión, tratamos a nuestros hijos dándoles un poder de decisión que no deberían tener. Hoy lo hablábamos con mi mujer, recuerdo ir con el cochecito con tu hija y de repente quería salir del carro. Si tenías prisa porque tenías que ir a comprar o hacer un recado le decías que no podía bajar, que tenía prisa y punto. La niña hacía la pataleta, lloraba, pero entendía el mensaje, tu madre o padre toma la decisión y tú la acatas. Esto en mi opinión si te fijas en tu alrededor se ha ido desmoronando: los padres proponen de hacer algo y los hijos cuestionan, critican, influyen, y hasta exigen hacer lo que les parece bien a ellos. Puede ir desde qué ropa, bambas, comprar, hasta a qué colegio ir. Así no vamos bien, iban mejor la generación de nuestros padres, nosotros sabíamos dónde estaba el límite, y sabíamos cuándo había que hacer caso y qué no se podía decir que no.

La gran estafa de los móviles

Ha sido una gran estafa, así lo siento. Se nos presentó como una cosa que hacía maravillas y que nos iba a facilitar la vida, pero nos ha salido el tiro por la culata a TOD@S, grandes y pequeños.

La especie humana no estaba preparada para estos chismes ni todo lo que hay dentro de estos chismes. ¿Cómo qué? Aplicaciones diseñadas para ser adictivas. Hay un libro que se llama Hooked de un tal Nir Eyal que explica los criterios de diseño de estas aplicaciones para conseguir, pues esto, que la gente se enganche y sea adicta.

Todos conocemos la adicción de personas cercanas a Instagram, Tik Tok, Youtube, Facebook, canales de Twitch, etc. Una perdición en general, un hackeo a nuestro cerebro que nos priva de hacer otras cosas, de no hacer nada, nada de nada y aburrirse, pensar, no pensar, meditar, conectar con uno mismo. No estar con uno mismo lo veo como una especie de esclavitud, de repente no eres dueño de ti mismo, eres una marioneta que te manipulan como quieren. ¿Al son de qué? El DINERO.

Aquí ha salido el gran protagonista de nuestra era, el puñetero DINERO, que lo mueve casi-todo. Estamos en una sociedad capitalista donde todo gira en torno este parámetro. Y de repente hacer dinero con la adicción de la gente a las máquinas ha sido una idea que a algunas personas con poder se le ocurrió y han explotado. Luego estamos todos implicados, gente como yo que estudió ingeniería me los imagino allí en Sillicon Valley, en las oficinas de Instagram, diciéndoles: chavales, hay que retocar el algoritmo para la gente esté más rato enganchada.

Salgo a la calle y veo gente mayor sentados en un banco, el que podría ser el recuerdo que tengo de mi abuelo, con un móvil en las manos, mirando no se sabe qué; este señor no le hacía falta el móvil para pasar el rato en la calle, estaba seguramente mejor antes, sin hacer nada, viendo pasar a la gente y percatándose que de vez en cuando pasa un conocido y entabla una conversación.

La generación de nuestros padres, nuestra propia generación ha tenido la ventaja que nos criamos sin toda esta vorágine. Ahora hemos entrado también al trapo, pero tenemos el “chip” del hacer de antes. El problema que veo es con la generación de nuestros hijos. ¿Está afectando toda esta adición a la capacidad de aprendizaje? En mi opinión, me temo que sí. Habrá de todo, personas que les afecta más o menos, y supongo que dependerá con el nivel de madurez de la personas, su nivel de exposición a las máquinas, pero me temo que sí, que la factura será alta, está siendo alta.

El porno en la adolescencia

Decía en el artículo de hace 2 semanas que hacían un programa en la tele exponiendo los problemas actuales con el tipo de educación sexual (inexistente??) que están teniendo nuestros adolescentes, y los patrones que aprenden con los videos pornos que hay por allí, muy dañinos algunos de ellos.

Esto es una derivada que nos comemos con patatas nuestra sociedad por haber permitido la inacción nuestra, de nuestros políticos, por no haber achuchado para que se legisle y se controle y limite ciertas cosas. En mi opinión no me vale el clásico argumento de: la libertad esta por encima de todo, o el mercado se regula sólo, en mi opinión esto no tiene peso. Igual que se prohibe el abuso sexual de menores, y por supuesto cualquier video de este tipo, habría que aplicar unos controles para regular cosas muy dañinas.

Controlar el contenido dañino en el móvil y las aplicaciones

Y así, podemos ir extendiendo esta filosofía y aplicarla a todo esto que digo que ha sido una estafa, que nos ha petado encima, como una bomba de relojería. Dejamos que nuestros hijos miren YouTube sin ningún tipo de control del contenido que ven. ¿He oido alguien que dice no sé que de Youtube Kids? Venga, vamos, no me hagas reír, todos sabemos que los niños pasan del YouTube kids, que quieren ver el YouTube de turno y punto, y este tipo dice cosas para adultos que de repente tu hijo las escucha, ¿Está preparado para esto? No, con mucha probabilidad. Y de un video pasamos al otro. Y de una plataforma, Youtube, pasamos a la otra, Twitch, y es lo mismo o peor, infinidad de canales tematizados, de juegos, de no tan juegos, de cosas eróticas, etc.. Sin control de tiempo, sin control de contenido, nada de nada. Y de allí podemos pasar a aplicaciones ya más raras, más dudosas, y bueno, ¿cómo lo acabamos? Diciendo “el niño está con el móvil”. ¿Qué, está con el móvil? No, está con un monstruo que nosotros los adultos no hemos sabido regular ni dosificar.

Cuando era pequeño me acuerdo lo que veía: tarde del sábado, el equipo A, luego el coche fantástico y se acabó. Una tarde entre semana: el Doctor Slum (Arare) y el Son Goku, punto, se acabó. Después de la cena de un sábado: el “1 2 3”, punto. Y de vez en cuando veías una cosa rara en la tele que eran unos rombos rojos arriba de todo a la derecha, y al cabo unos segundos te decían: tira para la cama. Y punto.

Este era un control de contenido brutal, que nos permitió crecer con una seguridad para nuestro cerebro, una integridad, quizás no sabíamos tantas cosas o pero no hace falta, ya tienes tiempo en tu vida de verlas. ¿Qué tenemos ahora?: una anarquía total de contenidos dañinos para los niños a su disposición , sin capacidad de controlar ni protegerlos.

Estamos hartos de comentar esto entre nosotros, ¿verdad? En la sobremesas de comidas familiares, en las charlas de extraescolares con otros padres, en los pasillos del trabajo, en el networking incluso de los guateques de trabajo. Todo el mundo lo sabe, está en todas partes el problema, destroza familias, niños, futuros de personas, pero no reaccionamos. Ha sido una estafa y nos la han metido doblada.

Para cuando se regule esto ya habremos quemado muchos cartuchos. Hay que reaccionar ya y hacer algo, no sé cómo, pero hay que acabar con esta anarquía de contenidos dañinos. Porque también te digo: si la generación de nuestros hijos se viciara viendo contenido para adultos tipo national geografic te diría que me parece perfecto, pero no es el caso, se enganchan a lo que ya sabemos, y lo malo, dejan de hacer cosas de provecho, y lo que más me preocupa, no sé hasta que punto les afecta a la capacidad de aprendizaje.

El capitalismo… un sistema que nos ha dado mucho, sobre todo bienestar material, que está bien, también nos ha dado mucho malestar emocional. Jamás en la historia creo que la gente habíamos tenido tantos problemas de estrés, ansiedad, medicación a punta pala, y todo el mundo hace el “patada para adelante”. ¿Cuánta gente va al trabajo medicado contra la ansiedad?

Ha estado bien durante un tiempo esto del capitalismo para salir de la miseria y del hambre, pero tiene que cambiar. No puede ser que el modelo del sistema sea hacer dinero a base de generar adición y dependencia de la gente y provocar efectos colaterales muy malos, todo lo que ya sabemos, y que puede ir desde que un niño tenga desordenes alimentarios (anorexia) por lo que está viendo en el móvil, hasta el propio suicidio porque no aguanta más este monstruo.

Esto tiene que CAMBIAR.

Así que vamos hacer que cambie. Ya te digo que no sé qué tecla hay que apretar, yo hago este artículo como denuncia. Tengo claro que esto hay que legislarlo. Que reserven unas horas en el parlamento de todos los gobiernos para tratar el asunto y tomar medidas.

Las empresas grandes y tochas como Google, Facebook, el dueño de Tik Tok, etc. también tiene mucha responsabilidad. No puede ser que su supervivencia como empresa pase por encima de desgraciar familias y futuros.

Buf, qué mal cuerpo te queda con todo este tema, pero bueno, ya está escrito.

Ala, que tengas buen domingo!

Marcel