Definitivamente, el tiempo no es lineal, o al menos para mi. Una vez leí que un reloj de estos tipo Casio, o un reloj atómico (no es lo fundamental), funciona de la siguiente manera: hay unas 40.000 oscilaciones de los electrones o alguna partícula, y cuando esto pasa se contabiliza un segundo. Es decir, que un segundo es una serie de movimientos de un elemento muy pequeño, que oscila, el reloj lo capta y dice, ok, esto es un segundo. Y así vamos sumando segundos, minutos, horas, y así vamos sincronizados casi todo el mundo. Quedamos con un amigo y los dos llegamos a la hora, gracias a nuestros relojes. Los relojes de mecanismos de agujas lo hacen de otra manera, pero el caso es que se ha conseguido partir el tiempo en una fracción muy pequeña que se llama segundo.

Pero mi experiencia me dice que esto no tiene por qué vivirse así. He vivido situaciones en las que un segundo me han parecido como una hora, momentos de peligro en los que el tiempo se expande en cada segundo, se divide infinitamente y tienes pensamientos metidos dentro de un segundo, que sería como si los hubieses pensado a lo largo de una hora.

El otro día hablaba de una hipotética “mecha de la vida”, que vamos quemando mientras vivimos hasta morir. Esto es lo que intuitivamente me parecía. Ese mismo día me vino a la cabeza el nombre de un hombre que me fascinó una vez que lo oí, y dicen que es sabio, se llama Raimon Panikkar. Busqué en TVE a la carta por su nombre, y encontré una entrevista que le hicieron cuando tenía 82 años creo, era en el programa de “Capital Humà”. Al acabar la entrevista, el presentador le pide a Panikkar que explique la frase: “Como más vivo, me doy cuenta de que más vida tengo”: Panikkar explica que, como más vivo, más vivo la vida eterna, y esta vida eterna no se acaba nunca, sigue diciendo que el tiempo no es una autopista que te lleve al Dios o a la nada, el tiempo dice que es la plenitud de la vida.

Luego hay esas escrituras de oriente, de la India, no sé dónde que dicen que el tiempo es circular, no lineal.

De manera similar a lo que contaba antes que me ha pasado a mí, también hay las experiencias de esas personas que han tenido un accidente y han sobrevivido, y explican que en milésimas de segundo han visto como una película de su vida pasar por su mente.

Nada es lo que parece. Todo es ilusión.