Así dice Jon Secada en una de sus canciones, "Why can't you stay forever": por qué no puedes estar para siempre. Y lo suscribo, cuando pienso en mis seres queridos pienso, porque no pueden durar para siempre, ¿Por qué? Porque esta partida no puede durar para siempre. ¿Por qué nuestra mente no es capaz de concebir que todo se acaba? Nuestras mentes no están preparadas para aceptarlo, no queremos imaginar un mundo sin nuestros seres queridos.

Querido lector, querida lectora, el año se acaba. Quedan menos de 4 semanas y ya nos plantamos al 2024, así sin comerlo ni beberlo que se dice. Seguro que has tenido algún día del año que te ha costado de pasar, al menos es mi caso, pero cuando uno gira la cabeza y mira hacia atrás descubre que la cosa ha pasado bastante rápido.

Ha pasado rápido este año. Y de hecho, ha pasado rápido una década, que se dice todavía más rápido. Los que tenemos niños lo sabemos bien, porque el cambio de cuando nace tu hijo/hija a cuando tiene 10 o 15 años es brutal. Y piensas, ¿Si ella ha cambiado tanto, habré cambiado yo tanto? Y la respuesta me temo que sí, no en altura, ni anchura, que quizás nos mantenemos, pero sí en otros aspectos.

Esto de la vida pasa un poco como eso de pelar aceitunas para hacer olivada. Cuando empiezas vas super-lento y torpe, luego vas pillando el truco, y cuando ya vas cagando leches pelando las aceitunas resulta que ya se han acabado. Y esto de la vida a veces me da la sensación que es un poco así, vas viviendo, dando retumbos por aquí por allí, preocupante en cosas que años más tarde ves que no había para tanto, ahorrando por el día de mañana, mucha gente piensa en esto y lo otro para cuando se jubile, y cuando te das cuenta, acumulas esto, un año, una década, medio siglo, y como el juego de las sillas, a sentarse y con lo que llevas en la mochila te quedas. Si has viajado a 5 países, pues con esos países te quedas en la memoria, si has podido ir mucho al teatro, con eso te quedas, y todo se ralentiza en tu actividad, y se acelera en el paso del tiempo. Es una sensación un poco surrealista, ¿no?

Y todo esto venía a cuento de esa sensación de que hay que aprovechar, para vivir de verdad, para compartir el tiempo con la gente que quieres, para viajar, para leer, para ir al teatro, a conciertos, para andar por la montaña, para bailar, para mirar al sol, cerrar los ojos y no pensar en nada, para regar las plantas y sentirlas, para vivir.

No dejar nada para la jubilación. Hay que inventarse la jubilación mientras uno está todavía trabajando, vamos a hacer ejercicio, sólo tu y yo ahora que nadie nos oye: nos tomamos los próximos días como si estuviéramos jubilados, y lo de trabajar vamos a tomarlo como un entretenimiento de unas horas, pero luego vamos a hacer eso que habíamos dicho para la jubilación. ¿Qué querías hacer tu cuando te jubiles? No esperes, hazlo ya. Como dice el anuncio de Nike, Just Do It, sólo hazlo. Ese es el secreto.

Uno se dice: es que cuando me jubile voy a viajar… nada, ahora que viene un puente viaja, el verano viaja. Es que cuando me jubile quiero un huerto… nada, mira en tu zona, seguro que hay huertos del ayuntamiento si vives en ciudad, o compra un terreno si vives en un pueblo, o pone macetas en tu terraza y haz el huerto ya. No dejes nada para la jubilación, hazlo ya.

La especie humana es tan de apego, y a veces la nostalgia es tan dulce, que no podemos desprendernos ni desapegarnos de lo que queremos. No nos imaginamos que el final llega y hay que desprenderse. ¿Por qué? Mejor estar pegados y apegados hasta el final. Hay que ser un gurú de esos de los Himalayas, de esos que meditan 5 días seguidos en una cueva sin apenas comer para no tener apego, para no morir de nostalgia por esta vida. Demasiado bonita para no tener apego, demasiado amor por todas partes para desapegarte.

Ahora suena una canción de Jon Secada, “Just another Day”, qué tiempos de esta canción, y viene al dedillo, cuando dice: “Give my a reason, I don’t find another way, making trough the day without you.” … “Why can’t you stay forever. “, que vendría a ser como “por que no puedes estar para siempre”. Lo que vendría a ser la eternidad juntos. Pues porque no, porque la partida tiene inicio y fin, y hay que aprovechar mientras dura la partida. Y punto. Así de simple, así de difícil de aceptar.

Pues bueno, lo que decíamos, que se acaba el año, y empieza el 2024 en breve. Son momentos en los que se presta a hacer balance de año, a pensar en buenos propósitos para el próximo año y esas cosas. Para mi el mejor propósito es ese que no llegas ni a proponerlo porque ya has tomado acción aquí y ahora a hacerlo. Así no hay desengaños.

Querido lector, este artículo se acaba, gracias por tu tiempo en leer estas líneas y te deseo un buen fin de año, aprovecha cada instante en lo que valga la pena.

Un abrazo,

Marcel