El silencio en el espacio tiene que ser alucinante, casi desconcertante te diría. En la Tierra uno puede buscar un rincón tranquilo y durante unos instantes sentir el silencio, la ausencia de sonido. Pero todos sabemos que siempre se acaba oyendo algo. Algo que por suerte nos dice que no estamos solos, que hay vida, que hay movimiento.

Pero imagínate estar flotando en el Universo. Te cogen en un cohete, con un traje de astronauta, sales de la Tierra y te dejan flotando en el espacio, lo típico que se ve en alguna película. ¿Qué se oye? ¿Cómo debe ser el silencio allí? ¿Es un silencio todavía más silencio del que experimentas en la Tierra?

¿Genera ruido nuestra mente? Quiero decir, incluso en un sitio con un silencio absoluto, ¿Tendríamos la sensación de oir algo?

Bueno, la causa de no oir nada en el espacio se dice que es porque allí no hay atmósfera y las ondas de sonido no se pueden propagar. No dudo que sea verdad, pero molaría experimentarlo y sentir lo que se siente.

El ruido actual

Hoy en día cuesta encontrar el silencio. Hay mucho ruido, ruido en la calle, en las ciudades, ruido en la tele, en la radio, en las redes sociales.

La mayor parte de las discusiones que generan ruido son innecesarias. Es un estado mental de rabia y crispación. Con grandes dosis de compasión, empatía, amor se desintegraría todo este ruido como se desintegra un globo al pincharse.

Por un mundo con más amor

Amor es muchas veces sinónimo de silencio. Un ser querido te explica un tema importante y guardas silencio. Amor por esa persona, querer escuchar, guardar silencio.

Muchas veces no hace falta ni tan siquiera hablar. Un silencio, una mirada comunican mucho más.

En nuestra sociedad pienso que nos falta mucho más amor del que tenemos. Bajar revoluciones y escuchar más que hablar. Guardar silencio. Pasar ratos en silencio y conectar con uno mismo. Y preguntarse: ¿Qué puedo hacer yo para mejorar el mundo? ¿Qué puedo hacer yo para ayudar a mi familia, a mis amigos, en mi empresa? ¿Qué puedo hacer yo para ayudar en mi barrio, en mi ciudad, país, el mundo?

El silencio que habita tu ser

Conectar con la esencia de cada uno. Es un espacio físico muy limitado, tu cuerpo, y sin embargo, donde está tu ser de verdad, ¿quien eres de verdad? El silencio al menos no introduce más ruido a tu ser, lo desnuda, allí está, esperando que lo encuentres, que lo encontremos.

Entretanto, hay mucho ruido. Mucha crispación. Es un bombardeo constante de información preocupante, de sucesos terribles, de polémica tras polémica, de discusión tras discusión, de polarización tras polarización.

El ego se apodera del ser. Y el ego colectivo se apodera de nuestra sociedad. Lentamente somos deborados por nosotros mismos.

¿Qué puedo hacer para ayudar? ¿Qué puedo hacer que no haga daño a nadie y ayude a alguien?

Este debería ser el mantra cada día. Escuchar al otro es un regalo.

Estamos en un laberinto como sociedad. Hay demasiado ruido, demasiada distorsión. En la pandemia se detuvo casi todo y no pasó nada, muchas de las tertulias de ahora no se hacían, muchas de los falsos-debates no se hacían y no pasó nada, creo que nadie lo echaba de menos, porque realmente jamás ha sido un debate sincero, uno en el que la gente escuche más que hable.

El silencio es un bien en extinción. No está de moda. No tiene glamour. Y sin embargo, es tan necesario.

Buscar el silencio para sentir con más intensidad.

Buscar el silencio para amar de verdad.

Buscar el silencio para comunicar sin apenas decir palabras.