Hay días que empiezas un artículo con una intención clara de comunicar algo, y vas escribiendo desarrollando esa idea. Hay otros días, como hoy, que no. Tengo un batiburrillo de ideas que no sé por donde tirar, muchos estímulos en los últimos días, mucha información por procesar, por digerir.

A veces la vida parece una fantasía. Uno vive cosas, le dan noticias, y puede llegar un momento que digas: ¿Es real? ¿O es un sueño? ¿Puede ser que esté dentro de un sueño todavía?

Una vez tuve un sueño y dentro del sueño tuve la duda de si estaba soñando, buf, qué raro fue, pasó algo malo en el sueño y pensé, no pasa nada porque lo que pasó era un sueño y ahora ya pasó, lo surrealista es que todo eso pasó en dentro del sueño.

Esa sensación me queda en el cuerpo a veces, sobre todo cuando te dan una mala noticia. Ayer me enteré de que el niño de una persona conocida tenía leucemia, qué pena. Ojalá ahora que estoy escribiendo este artículo, fuera un sueño de alguien que piensa que ayer se encontró a la persona que le dio esta noticia, pero en realidad nada de eso hubiera pasado.

¿Podría ser que todo eso fuera un sueño? ¿Qué pasa cuando uno muere? ¿Tiene uno esa sensación que todo fue un sueño?. ¿Es uno consciente que se ha muerto? ¿Qué toda la dimensión física no fue más que un sueño? ¿Hay un espacio en otra dimensión donde no hay ni tiempo ni espacio y todo es posible? Quien lo sabe.

Estos días está siendo la fiesta Mayor de Sabadell. Creo que no la había disfrutado tanto como este año. ¿Qué pasó? Seguramente yo he cambiado, y ha cambiado mi actitud con la ciudad. El viernes fui a ver un espectáculo de danza que me encantó: cuatro músicos y cuatro bailarines, haciendo improvisaciones de danza (urbana creo que dicen). El caso es que fue muy bonito, es una expresión más del arte, que si conectas es posible que te ponga los pelos de punta en un momento, al igual que cuando escuchas ciertas canciones.

En ese espectáculo actuaba Sandra Egido, una bailarina genial, que descubrí en la pandemia, no sé cómo, con un video en Youtube, actuando con Clara Cervantes, que maravilla de duo. Luego en el show descubrí los otros músicos y bailarines. El que más me cautivó fue uno que se llama Isaac, me gustaron sus movimientos, lo que transmite, me pareció muy enigmático. Le seguiré la pista.

Y esto me pasa con este punto curioso que tengo. De algo que me alegro mucho es de no haber perdido la curiosidad, eso que caracteriza a los niños. ¿Soy todavía un niño por este aspecto? No creo, en ciertos sentidos me siento muy viejo, muy mayor, pero no en este de la curiosidad, me gustan tantas cosas… y cómo más desconocido es el campo más me atrae. Jamás deberíamos perder este afán de curiosidad, ese estar abiertos al mundo, no tener miedo a lo desconocido, escucharlo, probarlo, dar opinión.

Ayer por la noche fui a escuchar un concierto de una banda que se llama “Alice and the Wonders”, me gustó mucho, tienen un nuevo álbum en Spotify y me gusta. La chica tiene una voz muy potente, se nota que sabe cantar porque saca una potencia de voz que no está al alcance de todos. Yo me fijé en cómo movía la barriga y sí, veía cómo hinchaba el diafragma, o eso me pareció ver; una vez hice un mini-curso con una señora experta en la voz-cantar y me dio cuatro nociones.

La banda de músicos también era espectacular, dos saxos, dos guitarras, una batería y un teclado, a cuál mejor músico. Cuanto talento hay, ¿Verdad? Allí nos encontramos con una conocida, que justo me había encontrado en la verdulería por la mañana. ¿No son muy raras estas coincidencias que pasan a veces?

Y bueno, ya te advertí que este artículo no tenía un rumbo fijo, y creo que así ha quedado reflejado. Solo acabar con un deseo muy grande que se cure ese niño de la leucemia.

¡Que tengas un buen domingo!

Disfruta la vida y ayuda a los demás.