La única esperanza en la salvación de la humanidad es el amor.

Hay una persona que encuentro muy inteligente y está considerado un gurú del marketing, que se llama Seth Godin, quizás lo conozcas. Leí un libro suyo que me encantó, que se llama “This is Marketing”, en que indaga en la idea de que “La gente como nosotros, hace cosas como estas”. La tesis del libro es que hay un montón de gente como tú, como yo, que hacemos cosas muy similares, y, por tanto, si te diriges a esta audiencia y les pides pasar a la acción en algo que les es cotidiano, seguramente funcionará.

Y esto me ha venido a la cabeza porque últimamente tengo muy presente esta idea, que pasamos por esta vida y nos encontramos a personas, animales, perros, pájaros, que al final son como tú y yo. Yo podría ser tú. Tú podrías ser yo. Seguramente yo tengo un trozo de ti en mí, y si me has conocido seguramente tú tienes un trozo de mí.

El otro día estaba haciendo tiempo en una plaza, y había un perro jugando con su amo (qué fea suena esta frase). El perro me miró a los ojos y tuve una conexión por unos instantes, yo podría haber sido ese perro, y ese perro podría haber sido yo, y estar sentado allí en ese banco. Las cartas que nos han tocado son una mera anécdota, podríamos haber nacido con otra situación.

A nivel molecular, a nivel atómico, dicen que los átomos orbitan y a veces tienen ramalazos y salen disparado lejos, y luego vuelven, así que de alguna manera podríamos imaginar que cuando nos encontramos hay átomos de tu cuerpo que se escapan y entran en mi cuerpo, y al revés. Así, de este modo cae la idea del tuyo y del mio, porque no hay tuyo ni mío en este plano, solo hay la unidad, el todo, que somos todos. Cuando se llega a este estadio solo puedes sentir amor y empatía, ya no por el prójimo, porque ya no lo sientes como prójimo, sino como tú y yo, como decía el autor Seth Godin, gente como nosotros, que hace cosas como nosotros.

Si has perdido un familiar en la guerra, supongo que tiene que ser muy difícil aplicar todo esto que explico, porque la rabia, la ira, el odio te debe invadir, tus venas se deben llenar de veneno y quieres cosas como la venganza. Y me imagino que esto es lo que hace que la guerra en Israel todavía siga y no se acabe, por más que mucha gente pensemos en positivo y deseemos que se acabe. No solamente la de Israel, todas las guerras. Dicen que en Sudán también hay una guerra descomunal, pero que no nos llegan tanto las noticias. Todo en global es una pena, la verdad.

¿Qué es el dinero? Nada. El dinero es la invención más ficticia jamás inventada, que da sensación de poder, pero está hueca por dentro, vacía. Menuda trampa ¿Por qué hacer guerras por el dinero? Es absurdo. Es mucho mejor hacer el amor, recibir un abrazo de alguien que te encuentras y fusionarte en el abrazo, pasarle unos cuantos átomos tuyos en ese abrazo, y recibir un millar de átomos del otro en ti, y sentirse parte de lo mismo.

Jamás he entendido por qué ha habido el pique o rivalidad entre mi ciudad, Sabadell, y Terrassa, la ciudad vecina. A mí me encanta tanto Sabadell como Terrassa. Me encanta Granollers, me encanta Barcelona, me encanta Santa Coloma de Gramanet, hay un podólogo que son la bomba allí, y cuando salimos con mi hijo hacemos un frankfurt o cervela en un bar cerca de allí, y nos sienta de maravilla. Toda la gente de estas ciudades son gente como tu y yo, que hace cosas similares como tú y yo, nada más. La identidad es un invento de ego, que quiere tiranizarnos y enajenarnos los unos de los otros.

Si ahora vinieses unos extraterrestres a la Tierra, y estuvieras aquí con gente de todas estas ciudades que te he dicho, ¿no te sentirías como hermanos en relación con los extraterrestres?

Pero bueno, todo esto muy bonito, pero tampoco me lo acabo de creer yo al 100%, está muy bien la idea de un todo, de la comunión, de la compasión, pero oh dios, que rabia le entra a uno a veces, ¿verdad? Estaba yo en un estado muy zen cuando he empezado a escribir este artículo, luego he ido a comer pensando acabar el artículo por la tarde. Y luego han pasado dos sucesos en mi casa que me han cargado de rabia. Aquí supongo que es donde uno se pone a prueba de la teoría, y puede ver hasta qué punto llega la compasión, el amor.

El amor, la fuerza más poderosa. Una fuerza tan desbocada que a veces es difícil de dominar.

Que tengas un feliz domingo. Un abrazo.

Marcel

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